Con más de cuarenta vendimias de experiencia, y con la ilusión de crear vinos con carácter propio, tres viticultores se unieron para rescatar viñedos abandonados pero con mucho potencial. El objetivo era elaborar vinos diferentes, pero de excelente calidad.
Trabajando de forma manual en viñedos de más de 60 años en Navalcarnero (Madrid), con suelos graníticos y un clima frío de montaña, consiguieron levantar viñedos de muy bajo rendimiento, pero con una personalidad única.